La explosión de La Coubre. A 65 años del brutal acto de terror, Cuba exige respuestas*

Articulo Divulgativo

Por José Luis Méndez Méndez**

En el sepelio de las víctimas del acto de terror ocurrido el 5 de marzo de 1960, emergió la consigna de “Patria o Muerte”, que ha acompañado al pueblo de Cuba y es pasada de una generación a otra como continuidad de la resistencia contra la permanente agresión que las sucesivas administraciones estadounidenses han infligido a una pequeña nación decidida a construir su propio destino con autodeterminación y sin injerencia foránea. Con ese aval de estoicismo se exige que el muro de silencio sobre este horrendo crimen, se derribe y fluya la realidad de lo sucedido.

Las evidencias se multiplican, cómo explicar que buzos estadounidenses fuesen contratados y participaron en el reflote de la popa del barco La Coubre. ¿Qué informaron, a qué conclusiones llegaron, qué informe rindieron, qué encontraron, dónde están esos documentos con datos de incalculable valor esclarecedor? Es imposible ocultar datos vinculantes, los cuales sugieren un manejo turbio, así el expediente y bitácora del buque registran que la bodega refrigerada no. 6, donde fue estibada la carga militar en Amberes, Bélgica, había sido reparada entre el 16 y 18 de enero de 1960 en la empresa naviera Horne Brothers Inc., en el muelle 8 de Newport News, Norfolk Virginia, Estados Unidos, según la orden HB 6799 para reparar esa bodega. El ingeniero que atendió la reparación fue Quesenberry. De ahí el barco zarpó hacia la ciudad de Nueva York donde estuvo unos días y continuo después para Europa. ¿Por qué y para qué fue reparada la bodega en Estados Unidos, semanas antes del acto terrorista? También se conoce que en esa bodega fue colocada una carga de queso, cuyo color se asemeja al explosivo C-4 de uso militar.

¿Por qué la naviera General Transatlántica francesa insistió en transportar al fotógrafo y periodista estadounidense Donald Lee Chapman, en un barco mercante, sin condiciones materiales para recibir pasajeros, con una carga de explosivos a bordo, que debió dejar dos timoneles en tierra en el puerto de Le Havre para poderlo admitir a bordo, contra la opinión y argumentos fundados del capitán de La Coubre, George Dalmas y además que el impuesto viajero solo pagó $ 194?00 dólares por el viaje. ¿Por qué Chapman se enroló en un barco que iba solo hasta Miami, Florida en el sur de Estados Unidos, ¿distante a miles de millas de su destino final en el centro del país?

La suposición de una conjura no es resultado de la ficción de este escribidor. La explosión se produjo el 4 de marzo de 1960, el barco debía haber llegado el día 2; pero se retrasó por el mal tiempo. El capitán Dalmas envió a La Habana dos cables abiertos a través de canales de comunicación de Radio Miami, en los cuales solo informaba la ubicación exacta de la carga militar.

¿Por qué, a quién, para qué?

Está por conocerse, qué investigación realizaron las autoridades francesas sobre el hecho en que perecieron seis de sus marinos, se ocasiono heridas a otros tripulantes y grandes daños materiales a un barco con esa bandera como pabellón.

¿Qué investigaciones realizó la embajada de Francia en La Habana sobre el hecho, donde

además de los intereses y vidas afectadas viajaba a bordo un sacerdote francés con destino a Veracruz, México? ¡Qué interesante dos únicos pasajeros, un fotógrafo-periodista y un sacerdote! Uno para tomar fotos y reportar, y el otro para dar consuelo espiritual.

De inmediato, los administrativos en la naviera y armadores del barco enviaron a expertos a investigar lo ocurrido. ¿Que informaron dichos expertos de la Compañía General Trasatlántica francesa que viajaron de Nueva York a La Habana para inspeccionar el barco. ¿Por qué, una vez desaparecida la compañía naviera, toda la documentación fue remitida a una entidad, que la protege y ha determinado que los secretos ahí atesorados, solo podrán revelarse pasados 150 años?

Como colofón de esta mística realidad, que priva a los pueblos de Cuba, Francia y Bélgica de conocer parte de su historia, está: ¿Qué conclusiones sacaron las compañías aseguradoras de la carga bélica y general sobre las causas de la explosión para poder pagar o no a los asegurados?

La póliza no preveía como causa un acto de terror:

Cuba desde el momento mismo del suceso denunció y sostuvo que se trataba de un acto inducido, fraguado en el exterior, con el deliberado fin de obstaculizar la defensa nacional; Cuba sentenció que había sido un acto de terror. Este argumento permitía a la aseguradora no pagar; sin embargo, sin esperar el final del proceso investigativo, de manera expedita pagaron los daños, la pérdida de las mercancías, lo cual resulta altamente sospechoso. No es la forma de actuar de esas entidades, que como costumbre agotan todas las posibilidades antes de cumplir con sus obligaciones.

Además se valoraron investigaciones hechas por las autoridades inglesas y sus aseguradoras sobre el seguro del barco ya que La Coubre estaba inscrito en el Lloyd´s Register, entidad de elevado prestigio internacional.

Investigadores cubanos empecinados en descifrar el enigma de La Coubre, han revisado miles de documentos en busca de una probable respuesta. En el año 2001 se realizó el evento internacional Girón 40 años después, de una gran valía documental, con la participación de actores históricos de Estados Unidos y Cuba; en ese contexto se trató de obtener documentos estadounidenses que explicaran el caso del barco francés. Solo se obtuvieron nueve textos, uno de ellos redactado por el entonces embajador francés en Cuba, en el cual el diplomático, simpatizante de Estados Unidos, aportaba supuestos datos utilizables por ese país para rechazar la presunción cubana sobre la participación en la conjura, que terminó en el acto de terror. Los restantes eran resúmenes del encargado de negocios estadounidense en Cuba, que describía en vivo la denuncia del líder histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz, en la despedida de duelo a las víctimas de la agresión el 5 de marzo.

Antes se había encontrado un sugestivo documento desclasificado, que narraba una reunión realizada el 17 de febrero de 1960, en la que, de forma expresa se prohibía su ejecución y en la cual había participado el presidente Eisenhower.

Nada revelador, pero por igual sugerente.

Varias personas y entidades han acusado a Cuba de haber provocado la explosión para acelerar la radicalización de la Revolución, impulsar la nacionalización de las propiedades estadounidenses e influir y prejuiciar a la conciencia nacional contra Estados Unidos; sin embargo, no se ha desclasificado ningún documento donde se revele y confirme esta hipótesis. No han investigado las autoridades estadounidenses esta posibilidad, para desmentir la convicción de Cuba de que Estados Unidos participó en el siniestro plan.

Han pasado los años, pero la explosión de La Coubre es una herida abierta en el corazón de los cubanos, que renuevan su firme convicción de Patria o Muerte, como aquel día, cuando la injusticia tembló al ver llorar a un pueblo enérgico y viril.

* Tomado de Resumen Latinoamericano, 5 de marzo del 2025.

** Dr. C. Secretario de Actividades Científicas de la Unhic. Escritor y profesor universitario.

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