Emilio Roig y el legado del Día del Historiador Cubano

Noticias Premier

Cada 1ro de julio se celebra el Día del Historiador Cubano. Este día de 1935, el destacado historiador Doctor Emilio Roig de Leuchsering, obtuvo la condición de Historiador de la Ciudad de La Habana. En saludo a la efeméride cada año se rinde homenaje a todos aquellos que estudian, preservan y promueven la memoria histórica de la nación.

Emilio Roig de Leuchsering, nació el 23 de agosto de 1889 en ciudad de La Habana. En 1905 publicó su primer artículo «Impresiones de viaje» en el Diario de la Marina. Se graduó de Bachiller en Letras y en Artes en el Instituto de la Habana (1908).Progresivamente cultivó diversos géneros especialmente los textos costumbristas y la crítica política. En 1912, su artículo «¿Se puede vivir en La Habana sin un centavo?» ganó el primer premio en el concurso de textos humorísticos convocado por la revista El Fígaro.

Colaboró en la Revista Jurídica entre los años 1912-1913 y desde este último fue redactor y jefe de redacción de la revista Gráfico. Dirigió la Revista de Derecho en el intervalo 1913-1917. Fungió como jefe de despacho del Primer Congreso Jurídico Nacional (1916). En 1917 se graduó en la Universidad de La Habana de Doctor en Derecho Civil y Notarial.Entre 1921 y 1930 colaboró en los anuarios de la Sociedad Cubana de Derecho Internacional.

En 1922 fundó la Revista de Derecho Internacional, de la que fue secretario, y en 1923 fundó la revista Cuba Contemporánea, de cuya redacción formó parte. En 1924 colaboró en la revista Archivos del Folklore Cubano. A partir de 1925 fue director literario de la revista Social y entre 1925 y 1930 fue subdirector de la revista Carteles.

Se unió a organizaciones como la Liga Antiimperialista de Cuba, fundada por Carlos Baliño y Julio Antonio Mella, y en el Grupo Minorista, donde cerró filas junto a Rubén Martínez Villena y Juan Marinello. Apoyó públicamente a los protestantes de la Protesta de los Trece.

Entre 1927 y 1935 fue comisionado intermunicipal de La Habana, salvo durante el período de 1931 a 1933, en que la dictadura de Gerardo Machado ocupó el municipio.

En 1939 fue miembro de la Liga Antifascista a favor de la República Española.

En 1937 dirigió la Revista de Estudios Afrocubanos y al año siguiente ingresó en la Academia de la Historia, con su trabajo «Martí en España».

En el año 1942 fue electo presidente de la Sociedad de Librepensadores de Cuba. Dos años después lo nombran miembro de la Junta Nacional de Arqueología y Etnología.

El 1 de julio de 1935 se le designó el Historiador de la Ciudad de La Habana y trabajó en la Oficina del Historiador hasta su muerte.

Se ocupó además de las ediciones de esta oficina, como los «Cuadernos de historia habanera», las «Actas capitulares del Ayuntamiento de La Habana» y la «Colección histórica cubana y americana».

En 1945 integró la directiva del Instituto de Intercambio Cultural Cubano-Soviético. Dirigió el Archivo Histórico Municipal.

Fue miembro de la Junta Nacional de Arqueología y Etnología, del Colegio Nacional de Periodistas, de la Comisión de Monumentos, Edificios y Lugares Históricos y Artísticos Habaneros, de la Sociedad Cubana de Derecho Internacional, del Colegio de Abogados de La Habana y de otras instituciones.

Desde la Sociedad Cubana de Estudios Históricos e Internacionales organizó, desde 1942, los Congresos Nacionales de Historia.

A través de las instituciones culturales que dirigió, unió a los intelectuales de todas las tendencias en pro del rescate de la historia y los valores nacionales, contra el colonialismo y el imperialismo. Luchó y logró la preservación y restauración de lugares patrimoniales.

Dictó conferencias en eventos nacionales e internacionales, trabajó incansablemente a favor de la paz y la igualdad social en Cuba y el mundo.

El Doctor Eusebio Leal Spengler expresó que Emilio Roig: «Fue abogado pero amó el periodismo, el cual cultivó religiosamente hasta el final de su vida; orador de tribuna, convencido de que la palabra era movilizadora, útil, capaz de conmover piedras, pero que había que dejar impreso y en la estampa el pensamiento, por eso el sistema de publicaciones de la Oficina del Historiador; libre pensador con toda la fuerza de la palabra, quien creyó que el mal de males de Cuba era el injerencismo de una potencia extranjera en su destino; antimperialista convencido, de un sentimiento nacionalista y liberador».

Emilio Roig de Leuchsering, falleció en su ciudad natal, La Habana, el 8 de agosto de 1964.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *