Gustavo Sed Nieves, una vida dedicada a la historia de Camagüey (fragmentos)*

Articulo Divulgativo

Se cumple un aniversario más del natalicio del historiador Gustavo Sed Nieves. Puede que en su caso, como en el de otras figuras memorables, se hable más del aniversario de su deceso, que de su cumpleaños. Tratándose de él, uno encuentra cierta lógica. Sucede que, de un modo que podría considerarse mítico, el genial intelectual camagüeyano falleció cuando la antigua villa de Santa María del Puerto del Príncipe —hoy Camagüey— arribaba a un nuevo aniversario de fundada. Hay quienes han llegado a pensar que aquel 2 de febrero del 2000, terminó ofrendándole su propia vida.

Tres nombres para la historia (fragmentos)

Por Jesmir Varona Socías

Periodista y directora de programas de Radio Camagüey

Para el historiador Fernando Crespo Baró, hablar de sus antecesores es una cuestión de honor, pues gracias a los primeros historiadores de Puerto Príncipe, hoy podemos conocer nuestras raíces y el porqué de varios sucesos y costumbres.

Conociendo esa máxima suya de honrar a los maestros, esperé una hora oportuna para llamarlo y despejar algunas dudas acerca de uno de los más queridos analistas de las costumbres, personalidades y edificaciones locales; amante de su tierra y de

la cultura del detalle: Gustavo Sed Nieves.

Coincidencias del destino

Seguro pocos habrán reparado en la coincidencia histórica que reúne, en la misma cuadra de la calle Independencia, a dos camagüeyanos amantes de sus raíces y de su historia.

En la casa cifrada con el no. 62 vivió Gustavo Sed Nieves, quien tanto amó a su ciudad y murió un 2 de febrero, hecho que a muchos conmueve, pues no solo vivió para ella, sino que por designios quizás del destino, le ofrendó su vida.

En la acera de enfrente, la casona hoy convertida en tres viviendas con los números 55, 57 y 59, fue el despacho y domicilio de Juan Torres Lasqueti; considerado entre los primeros historiadores de Puerto Príncipe.

De Gustavo, sus vecinos hablan con cariño y conocen de sus investigaciones, según me contó Crespo. La actual propietaria del inmueble cifrado con el no. 55 realizaba la guardia del CDR con Gustavo en la década de los ochenta, se interesaba por sus investigaciones y disfrutó mucho al descubrir junto a él, que su casa había sido la vivienda de quien atesoró las memorias del desarrollo y transformación de la Ciudad de los Tinajones.

Ella guarda con cariño los recuerdos de sus veladas junto a Gustavo, donde conversaban de varios temas, incluida la música, que era otra de sus pasiones; por eso un piano y muchos discos eran parte de la decoración de su sala, donde en dos balances pegados a la ventana, pasaba horas compartiendo saberes con cualquier estudiante que lo visitara.

Otras virtudes de Gustavo

Crespo comenzó a visitarlo en 1988, cuando iniciaba su preparación para integrar el equipo provincial de atención a monumentos y sitios históricos. Juntos, revisaron documentos y apuntes muy importantes, para iniciar búsquedas que hoy ya tienen respuestas; sobre todo las relacionadas con casas de personalidades del territorio.

Sus registros fueron una suerte de brújula que marcaba por dónde comenzar y con mente brillante, contribuyó a la formación de consagrados historiadores actuales.

Gustavo era de formación autodidacta, pero no había un tema del que no tuviera referencias: las anécdotas relacionadas con el cementerio, su evolución y primeros enterramientos las conocía al detalle; también las costumbres religiosas y culturales del Camagüey legendario.

Otra virtud era su educación y cortesía, hasta para quedarse en casa siempre estaba correctamente vestido, por si llegaba alguien de momento, estar presentable.

* Tomado de Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, 5 de agosto del 2024, en https://www.ohcamaguey.cu/tres-nombres-para-la-historia…/

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