El 1.o de abril, por Duaba, y el 11 del propio mes por Playitas de Cajobabo, arribaron a Cuba los jefes de la nueva contienda recién iniciada el 24 de febrero: José Martí Pérez, delegado del Partido Revolucionario Cubano; Máximo Gómez Báez, general en jefe del Ejército Libertador y Antonio Maceo Grajales, lugarteniente general. A partir de ese momento la guerra cobraría nuevos bríos.