Celia: El intento de un diario*

Articulo Divulgativo

Por Daily Sánchez Lemus

Subdirectora de la Oficina de Asuntos Históricos

No todos los combatientes escriben un diario de guerra: a unos no les nace, para otros no tiene importancia, algunos no tienen facilidad de palabra y están los que, por motivo de seguridad, no lo hacen por temor a que caiga en manos enemigas.

Un diario, lo dice su nombre, es un relato cronológico del día a día escrito por una persona, ya sea en circunstancias excepcionales o solo como vehículo de emociones personales. Es un documento personal en el que se reflejan sentimientos, pensamientos compartidos y otros más secretos. El diario permite adentrarse en la sicología de una persona y conocer de primera mano sus impresiones y visiones acerca de un hecho. De los diarios de guerra se obtiene valiosa información para escribir la historia, ya que son los propios protagonistas, en el momento de la lucha, los que poco a poco van contando un suceso que luego al historiador tocará recopilar, revisar y triangular con otros diarios o documentos, para llegar a la visión más exacta posible de lo acontecido.

Celia Esther de los Desamparados Sánchez Manduley, combatiente de la Sierra y el llano, primera mujer que participó en un combate como parte del Ejército Rebelde ―el de Uvero (28 de mayo de 1957)―, también daba mucho valor a cómo contar aquellos momentos de revolución.

Por eso se dio a la tarea de conservar documentos ―“hasta el último papelito”― para que en el futuro no se desvirtuase la historia”.

[…]

Entre toda la papelería suya que se conserva, están las páginas de un diario o intento de diario (1.o al 6 de marzo de 1958), de días que marcaban una nueva etapa en la lucha: la separación de las columnas de Raúl Castro Ruz y Juan Almeida Bosque de la columna madre, para ir a fundar dos nuevos frentes guerrilleros de lucha. Un diario de Celia, con sus emociones y la carga de responsabilidad que implicaba escribir su largo día en la comandancia.

El diario…

La existencia de un diario escrito por Celia Sánchez Manduley es una arista poco conocida de su vida. En los archivos de la Oficina de Asuntos Históricos de la Presidencia de la República, se conserva su intento que apenas duró seis días…; pero, a pesar de lo efímero, no es menos relevante.

En los archivos se encuentran dos copias: la original, con una letra prácticamente ilegible, escrita así precisamente para que no fuera fácil su lectura de caer en manos enemigas, y la otra, una transcripción que ella misma hizo años después para conservarla en la Oficina.

Celia había estado ya poco más de un mes conviviendo con los rebeldes y había participado en el combate de Uvero. Luego bajó al llano y desde allí se mantuvo organizando el apoyo a los rebeldes, hasta el mes de octubre de 1957 en que se incorporó definitivamente a la guerrilla hasta el triunfo de la Revolución. Así inició el diario:

Marzo 1, 1958 Nunca pensé escribir diario. Mi vida no ha sido nada interesante como para escribir boberías:

Esta guerra y las circunstancias me obligan a anotar hechos interesantes para facilitarle a la Historia de Cuba la verdad.

Raúl lleva todos los datos desde que comenzó esta Revolución. Siempre al lado de Fidel para las grandes victorias en la Sierra Maestra.

[…]2

Un detalle hermosísimo es el que a continuación narra, ya que refleja cómo los hilos de la historia cruzan los momentos y las voluntades en determinadas circunstancias: el Segundo Frente País, que encabezaría Raúl, había sido el sueño de Frank; pero lo más llamativo es que también había pensado en el hermano de Fidel para ello.

Así lo confiesa Celia en su diario:

Raúl va a abrir el Segundo Frente, en la Sierra Cristal, el Segundo Frente que tanto soñó Frank. Cuando fui a Santiago después del ataque a Uvero, preparaba Frank el Segundo Frente y me dijo que él pensaba que este Frente lo abriría Raúl: que le daría más fuerza. Que había pensado escribirle a Fidel pidiéndole un capitán y que ese fuera Raúl pero no se había atrevido porque si a Fidel no le convenía por la petición que él le hacía podía hacerlo. Le dije mi parecer: que no creía conveniente que Raúl se separara de Fidel.

En aquellos momentos nuestro Ejército en la Sierra crecía mucho. Con el ataque a Uvero se habían armado buenos hombres. Todos eran gente nueva que había que entrenar.

Había quedado el Che con los heridos. Entre los heridos estaba Almeida, estaba Pena. No me parecía prudente por todo esto. Y por ser Raúl el que se atrevía a plantársele a Fidel en los combates. Fidel expone mucho la vida y era hora que se cuidara un poco más.

De esta conversación nunca quise escribir ni contar a Fidel. Temía que se llevaran a Raúl.

Cuando decidió mandar a operar en el Norte de Oriente a Raúl fue que hablé a Fidel [de] la idea que tuvo Frank. Ya Raúl estaba en preparativos de su columna y viaje. Me ha dicho que dicha columna se llamará Frank País Ha sido una columna de hombres escogidos que sabrá honrar el nombre de Frank.

Le he hablado a Vilma para que haga un distintivo que solo lo llevarían los que se lo ganen. ¡Qué día!

[…]

El 6 de marzo amanecen con el combate. Este es el último día que refleja el diario de Celia, y con muy poca información, solo un párrafo:

“Comenzamos los primeros disparos con M-26, nuestra arma y casi nuestra única defensa porque estamos muy bajos de parque. Se siente cada medio minuto un bombazo nuestro. Es más que el de un mortero. Termina el fuego. Se siente…”.

Aquí termina el documento. La idea queda trunca y no se define la razón, pero lo cierto es que con todas las responsabilidades que tenía en la tropa, junto a Fidel, es posible que el deseo de seguir escribiendo el diario se diluyera en sus tareas más urgentes. En los días siguientes tendría lugar la reunión de la Dirección Nacional del Movimiento y, en lo adelante, los acontecimientos de la guerra sería cada vez de mayor envergadura. ¿De dónde sacaría tiempo para escribirlo entre tantas notas de suministros, preocupación por su familia y los campesinos, cartas del Comandante, enlaces, cuentas y gastos que llevaba, sumando esto a caminatas largas y combates? No hay dudas de que, de haberlo continuado, hubiese aportado datos valiosos para sumarlos a los de los de otros combatientes que escribieron durante toda la guerra.

Sin embargo, por la figura de que se trata y su valor, consideramos de interés compartirlo, a fin de enriquecer las investigaciones sobre nuestra etapa insurreccional más reciente y el papel desempeñado por nuestras valerosas mujeres guerrilleras. Aunque ella comienza diciendo con humildad que su vida no había sido para nada interesante, lo cierto es que Celia ya entonces formaba parte entrañable de nuestra historia.

* Tomado de Cubadebate, 11 de marzo del 2023.

2 Celia Sánchez: Diario, en OAH. Todas las citas son de este documento.

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