por María Luisa García Moreno, periodista, editora y escritora.
La batalla de El Jigüe había tenido lugar entre el 11 y el 21 de julio; la derrota sufrida en ella hizo decrecer la moral combativa del ejército batistiano.
A partir de entonces, el avance rebelde sería indetenible El plan estratégico elaborado por Fidel priorizaba la extensión de la guerra a todas las provincias, por lo que se organizaron nuevos frentes y columnas. También se proponía golpear la base económica de la dictadura y hacer fracasar las elecciones previstas para el 3 de noviembre.
El comandante Juan Almeida Bosque y sus fuerzas regresaron al territorio del Tercer Frente
con refuerzos en armas y hombres. En esa zona se crearon nuevas unidades al mando del comandante Guillermo García Frías y los capitanes Universo Sánchez Álvarez y Calixto García Martínez. Desde la Sierra avanzaron hacia el lugar las columnas no. 9 Antonio Guiteras y no. 10 René Ramos Latour. Hacia Camagüey salieron las columnas no. 11 y 13 para abrir un frente en esta provincia. Bajo las órdenes de Delio Gómez Ochoa se formó el Cuarto Frente Simón Bolívar con las columnas no. 12 Juan Manuel Márquez, no. 14 Simón Bolívar y no. 32 José Antonio Echeverría.
Todas esas fuerzas apoyarían la campaña de Oriente.
El 21 de agosto partió, con la misión de llegar a Pinar del Río y establecer allí un frente guerrillero, la columna invasora no. 2 Antonio Maceo, al mando del comandante Camilo Cienfuegos Gorriarán.
En respuesta a su ascenso, el legendario guerrillero le había escrito a Fidel: “Más fácil me será dejar de respirar, que dejar de ser fiel a su confianza”. Las fuerzas de Camilo avanzarían indetenibles hasta el territorio central de la Isla. Diez días después, hacia esa zona marcharía otra columna insurrecta: la no. 8 Ciro Redondo, al mando de Ernesto Che Guevara de la Serna.
Los heroicos guerrilleros reeditarían la hazaña protagonizada en el siglo xix por los mayores generales Máximo Gómez Báez y Antonio Maceo Grajales y escribirían páginas de gloria. Camilo se consagraría como el indiscutible Héroe de Yaguajay y el Che, tras descarrilar el tren blindado,
último refuerzo de las tropas batistianas, tomaría la importante ciudad de Santa Clara, poderoso bastión enemigo. Luego, por orden de Fidel, avanzarían raudos hacia La Habana para frustrar el golpe que preparaba la reacción con el propósito de impedir el triunfo rebelde.
A la vez, se preparó una operación para profundizar el cerco que, sobre Santiago de Cuba, ya habían iniciado las fuerzas de Almeida. Ahora se previó tomar Jiguaní, Baire, Contramaestre, Maffo y Palma Soriano. La operación Santiago comenzaría con la batalla de Guisa.
Por su parte, las fuerzas del Segundo y Tercer Frentes emprenderían la operación Flor Crombet, con la cual caerían La Maya, Alto Songo, El Cristo y San Luis.
Oriente ardía y hacia el occidente avanzaban los inolvidables Camilo y Che.