Por Israel Escalona Chadez
Dr. C. y secretario de Actividades Científicas de la Unhic.
Desde su apertura en 1962, la Escuela de Historia de la Universidad de Oriente, surgida como parte de la Reforma Universitaria, ha sido una abanderada en la defensa del legado de José Martí.
El espíritu de creación y convicción, esencialmente martianos, presidió la gestación y surgimiento de la Universidad de Oriente. El legado de Martí marcó la actuación de quienes lucharon por dotar a nuestra universidad de sólidas bases democráticas y científicas. Entre sus gestores, fundadores y primeros profesores, hubo personalidades que contribuyeron notablemente a la defensa y amplia socialización del legado de José Martí. Las trayectorias de Felipe Martínez Arango, eficiente director del Departamento de Extensión y Relaciones culturales; Leonardo Griñán Peralta, respetado abogado e historiador; Herminio Almendros, relevante pedagogo español y José Antonio Portuondo, polifacético intelectual, profesor y luego rector de la Universidad, son ejemplos convincentes.
En el primer año de su existencia, la Universidad de Oriente organizó un ciclo de conferencias sobre Martí, que luego fueron publicadas en el libro Homenaje a José Martí. Igualmente, en 1953, en un contexto sumamente hostil, marcado por la dictadura de Fulgencio Batista, se organizaran acciones por el centenario del nacimiento de José Martí. Una de esas fue el “Ciclo martiano”, que no fue más que la contrarréplica al oficialista Congreso de Escritores Martianos desarrollado en La Habana. Las conferencias e intervenciones de reconocidos intelectuales, luego fueron compiladas y publicadas en el libro Pensamiento y acción de José Martí.
Consecuente con ese espíritu, los profesores y alumnos de la Escuela de Historia han realizado notables aportes a la investigación y promoción del legado martiano.
En los primeros años se incorporaron al claustro universitario especialistas de diversa trayectoria profesoral que suplieron la ausencia de algunos profesores fallecidos, como Griñán Peralta, y de otros que, como Portuondo, pasaron a ocupar diversas responsabilidades en instituciones nacionales. Deben ser recordados los intelectuales Francisco López Segrera, Sonnia Moro y Augusto García Garcés, así como los profesores Juan Andrés Cué, quien contribuyó a los estudios sobre la caída en combate del Maestro, y Octaviano Portuondo, autor de una valiosa y sintética Cronología de Martí.
Un lugar destacado lo ocupa el Dr. C. Hebert Pérez Concepción, quien ocupa cátedra en la Universidad de Oriente desde 1963 y centra su atención en el análisis de la visión martiana sobre diversos asuntos de la historia y realidad de Estados Unidos y su trascendencia; el tratamiento monográfico a otros temas de la vasta creación martiana sobre asuntos históricos, económicos, políticos, sociales y culturales y el ejercicio crítico sobre la producción en torno al Maestro, desarrollada en prólogos, reseñas y presentaciones de libros. Pérez Concepción aporta a la historiografía nacional los libros José Martí y la práctica política norteamericana (1881-1889) y Sobre los Estados Unidos y otros temas martianos. A esto une sus esfuerzos por incentivar las investigaciones martianas en la Universidad de Oriente, ya sea desde las aulas, en el apoyo a los eventos martianos, en la presidencia de la Cátedra Martiana del alto centro de estudios y la organización de acciones académicas y socializadoras, y —mucho más— con su disposición de dialogar en los más diversos espacios y con los públicos más heterogéneos y trasmitir los conocimientos atesorados.
En este mismo sentido sobresalen Argeo Salas, quien no dejó una extensa obra escrita, pero sembró en sus alumnos la pasión por las investigaciones martianas, y Jorge Aldana Martínez, acucioso investigador, dedicado promotor y constante impulsor de los Seminarios Juveniles Martianos.
Entre los egresados de la Escuela de Historia que se han dedicado a la investigación y promoción martianas deben destacarse el Dr. C. Ibrahím Hidalgo Paz, investigador del Centro de Estudios Martianos por más de cuarenta años y reconocido como uno de los más relevantes exégetas martianos; Joel James Figarola, polifacético intelectual, fundador de la Casa del Caribe y agudo estudioso del universo de Martí; Rafael Duharte, quien en sus primeros años laborales sentó pautas desde la cátedra de estudios martianos en el antiguo Instituto pedagógico, y Delio Orozco, historiador manzanillero y medular investigador de la impronta martiana.
La tradición de investigar a Martí se ha mantenido en la sexagenaria carrera de Historia. Nuevas hornadas de docentes nutren su claustro y, junto con sus alumnos, continúan el camino trazado por sus predecesores. Junto a los doctores Pérez Concepción, Manuel Fernández Carcassés, Israel Escalona Chadez, Jorge Puente Reyes y Yamil Sánchez Castellanos se empeñan en impulsar los estudios sobre el más universal de los cubanos y promover su obra entre las nuevas generaciones de compatriotas, conscientes de que “Hacer es la mejor manera de decir” y que “Honrar, honra”.
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