La que algunos denominan Crisis de los Misiles no terminó en octubre. Lo demuestran las tensiones y riesgos que se vivieron en el mes de noviembre, cuando, en medio de las negociaciones para resolverla, la administración estadounidense mantuvo una actitud prepotente hacia Cuba, realizó exigencias de nuevas concesiones a la URSS y el presidente Kennedy llegó hasta considerar la realización de un ataque aéreo masivo sobre nuestro país. Sobre esta compleja situación dialogamos con el Doctor […]
¿Existió en aquel momento la intención de atacarnos? En Estados Unidos se había orquestado una virulenta campaña de prensa encaminada precisamente a crear condiciones en la opinión pública estadounidense y mundial para justificar un ataque militar a Cuba, a pesar de que la amenaza que podrían significar los cohetes ya había desaparecido.
Acusaban a los dirigentes cubanos de obstaculizar la solución de la Crisis, porque no aceptaban la inspección ni toleraban los vuelos de reconocimiento y supuestamente se oponían a la retirada de los IL-28. Esa campaña fue desmentida por Fidel en un mensaje enviado al secretario general de la ONU el 19 de noviembre, y sobre la retirada de los IL-28 expresó que esos aviones eran propiedad de la Unión Soviética y que si ella consideraba conveniente su retirada para la buena marcha de las negociaciones, el Gobierno cubano no se opondría.
Ese mismo día, Kennedy mandó a preparar mensajes al primer ministro británico, al canciller alemán y al presidente francés advirtiéndoles que la crisis podría recomenzar en un plazo breve, ya que se inclinaba a considerar la conveniencia de mantener el bloqueo naval y realizar un ataque aéreo masivo sobre Cuba. Pronto se quedó sin argumentos, porque al día siguiente llegó a la Casa Blanca un mensaje de Jruschov, en el cual anunciaba la retirada de los IL-28 en el plazo de un mes.
Usted ha afirmado que al revisar los documentos desclasificados por Estados Unidos sobre la Crisis, no se encuentra ni una sola referencia a los derechos y razones del pueblo cubano. ¿Qué nos puede comentar al respecto? Ciertamente. La impresión que uno se lleva es que concebían a Cuba solo como un pedazo de tierra sobre la cual estaban emplazados cohetes soviéticos. Estados Unidos no hizo un solo intento por comunicarse directamente con Cuba ni permitió que nuestro país participara en las negociaciones. Y quedó evidenciado el 7 de enero de 1963, en que estas finalizaron con dos notas dirigidas al secretario general de la ONU: una conjunta de Estados Unidos y la URSS, y la otra por separado, de Cuba, porque Washington se negó a trabajar en un documento tripartita que diera por finalizada la crisis.
Varias razones explican esta negativa. Por una parte, dentro de Estados Unidos, círculos políticos cuestionaron los acuerdos entre Jruschov y Kennedy, por considerar que, de hecho, Washington reconocía como válida la existencia de un régimen comunista, a 90 millas de sus costas. También la contrarrevolución asentada en ese país recibió los acuerdos como una traición a sus intenciones de destruir a la Revolución Cubana. El imperio no se había resignado a perder esa porción del “patio trasero”, que era para ellos Cuba, ni había renunciado a destruir el ejemplo que nuestra existencia independiente estaba irradiando al resto de Latinoamérica. Por eso, ni entonces ni en el medio siglo transcurrido hasta hoy, han estado dispuestos a respetar nuestra soberanía, suspender el bloqueo y las presiones económicas de todo tipo, acabar con las actividades subversivas y devolver el territorio ocupado por Estados Unidos en Guantánamo, demandas de Cuba para solucionar la Crisis, contenidas en los llamados Cinco Puntos, que continúan vigentes.
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