HOMENAJES PÓSTUMOS

José Guillermo Montero Quesada

El presidente de la filial de Las Tunas, doctor en Ciencias Históricas José Guillermo Montero Quesada, falleció en la madrugada del 3 de agosto, debido a complicaciones derivadas de la covid-19.

Licenciado en Historia y Ciencias Sociales, máster en Educación, Desarrollo Cultural Comunitario y Deportes de Combate, doctor en Ciencias Históricas, profesor titular, fue elegido en el año 2019 al frente de la filial tunera de la Unhic, por su meritorio desempeño como historiador e investigador, con significativos aportes al enriquecimiento de la historia de la localidad y una significativa obra publicada en Cuba y otros países.

La pérdida irreparable de este intelectual ocurre en el año en que su filial que él encabezaba fue sede de las actividades centrales del país por el Día del Historiador, el 1.o de julio, al tiempo que se le otorgaba a su presidente el Premio Provincial de Historia en consideración a sus destacados aportes a la historiografía local y al trabajo realizado, junto a un colectivo de especialistas, para diseñar nuevos métodos para la enseñanza de la historia, a raíz del perfeccionamiento educacional en Cuba.

Su partida física ha conmovido a la membresía de la asociación, particularmente al Comité Nacional de esta organización, en el que representó a su provincia tan dignamente. A continuación se da a conocer, a modo de homenaje, una selección de crónicas y artículos que lo recuerdan, así como aspectos relevantes de su currículo.

Sirvan estas páginas para rendir un modesto tributo al profesional culto, serio, solícito y, sobre todo, revolucionario, que deja una huella indeleble en la Unión de Historiadores de Cuba y en aquellos que tuvimos el privilegio de disfrutar de su amistad.

Eusebio Leal Spengler – 2020

Pasión por la historia: Es muy difícil imaginar cómo un joven se hizo cargo de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y se consagró a materializar, con el trabajo tenaz y algunas veces a contracorriente, el proyecto de sus sueños. Así ocurrió con Eusebio Leal Spengler, quien, con un gran esfuerzo de aprendizaje autodidacta y una gran pasión por la historia, ha dejado una estela de obras por las que su pueblo lo recordará siempre.

Con humildad y modestia extremas proclamó que los grandes museos, el trabajo social en el centro histórico restaurado, el empleo sistemático de los medios de comunicación y las publicaciones atrayentes, que fueron resultado de su infatigable labor, eran herencia indefectible de la obra de Emilito, como era llamado cariñosamente Emilio Roig de Leuchsenring, el primer historiador de la Ciudad de La Habana, su mentor y amigo.

En este suplemento especial que la Unión de Historiadores de Cuba ha preparado en homenaje póstumo a nuestro Leal, quien recibió el Premio Nacional de Historia 2003, se han seleccionado algunas entrevistas e intervenciones del propio Leal, en las que revela asuntos relacionados con su origen, anécdotas de vida, experiencias de su trabajo, y, sobre todo, su pasión por la historia patria. Además, se incluyen artículos e intervenciones que ponen de manifiesto su extraordinario carisma, su calibre intelectual y condición humana.

Los afiliados de la Unión de Historiadores de Cuba, de la cual asumió la presidencia de 1995 a 1999 y posteriormente fue un digno Presidente de Honor, han recibido con inmenso dolor la noticia de su deceso y le rinden tributo fiel y sentido, conscientes de que la acción comprometida en defensa de la Revolución, de los más sagrados principios y valores, del patrimonio cultural de la nación y de ese futuro mejor que para Cuba y el mundo soñamos, será nuestro mejor homenaje.

Elda Cento Gómez – 2019

Mientras el pueblo depositaba en mar, ríos y lagunas las flores a Camilo el 28 de octubre último, partió Elda Cento Gómez, camagüeyana fervorosa, cubana y revolucionaria ejemplar que desarrolló una destacada carrera dentro de la pedagogía y la investigación histórica. Quienes compartieron con ella a comienzos de la década del 70 en la Escuela de Historia y después siguieron sus afanes profesionales y una obra que siempre sorprendió por sus aportes y creatividad, esperaban sobre ella noticias de nuevos proyectos, libros, entrevistas, nunca esta noticia. Una súbita enfermedad fue la culpable del adiós; pero queda una profunda huella de su fructífera vida como investigadora, de su pasión por la memoria histórica.

Licenciada en Historia por la Universidad de La Habana, Máster en Cultura Latinoamericana por la Universidad de las Artes, Profesora e Investigadora Auxiliar, era considerada una permanente defensora de la historia y cultura cubanas. Con sus investigaciones, enalteció la Cultura nacional y, en particular, llamó a amar la Historia de Camagüey, sus tradiciones y héroes, a través de relatos de amor y vida que se entremezclaron con la lucha por la independencia de la mayor de las Antillas.

Su pasión por la identidad nacional, por los héroes de su terruño y su entrega al esclarecimiento de la historia del Camagüey, en la búsqueda de otras miradas y autores, desde sus Cuadernos de Historia Principeña, son parte de la estela indeleble que deja Elda en la tierra de El Mayor, donde nació el 26 de septiembre de 1952.

Hace dos años, en un acto por el día del historiador en Cienfuegos, hacía un llamado a los jóvenes cubanos a volver sobre los pasos de nuestros predecesores y declaraba que “Cuba transita por una situación política donde la función de la historia como elemento de alianza del pueblo cubano es fundamental, pues no podemos perder el rumbo de los principios que han guiado el proceso  revolucionario en la mayor de las Antillas”. En su última aparición pública, durante la celebración de la Jornada por la Cultura cubana, en un conversatorio, señaló: “Para mí es un error desligar los aconteceres de un país de su cultura. Ambos se complementan. Construimos otros hábitos, identidad, pero no podemos negar nuestros inicios”. Así era: defensora de no olvidar el pasado, nuestra identidad, nuestro peculiar modo de ser como pueblo.

Nadie como la Premio Nacional de Historia 2015, quien desde más de un decenio formó parte del secretariado nacional de la UNHIC, de la cual también fue presidenta (2017-2018), para contar de forma ferviente los avatares de los criollos que pretendían despojarse del dominio español en el siglo XIX; nadie como Elda Cento podía promover igual pasión por aquellos hechos que forjaron la identidad nacional.

Cada cual la recordará de diferentes maneras: inteligente, aguda, incondicional, humorista… Su quehacer le sobrevive, quedan sus libros, su amor por la localidad, por Cuba.

Camagüey despide a Elda Cento Apreciada como una maestra de maestros e incansable investigadora, la destacada intelectual camagüeyana Elda Cento Gómez recibió este martes el último adiós de su pueblo, el cual siempre le agradecerá cuánto hizo por el estudio de la historiografía local y nacional.

Tras el tributo rendido en la sede de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, sus cenizas fueron depositadas en el cementerio de la urbe.

Elda tenía la habilidad de encontrar en cada documento el dato oculto, ese que quizás nadie descubriría, aseveró Bárbara Oliva, vicepresidenta de la Unión de Historiadores de Cuba (UNHIC) en Camagüey, al referirse a su labor pedagógica, uno de los espacios donde mayor consagración tuvo en la formación de varias generaciones de maestros e investigadores.

Era muy acuciosa en su constante pesquisaje de archivos, algo que la caracterizaba como la exigente y consagrada estudiosa que fue, dijo.

Muchos de sus libros ya son indispensables, no solo para la historiografía de la ciudad, sino de Cuba, agregó, y en especial los Cuadernos de Historia Principeña, proyecto del cual fue siempre ferviente colaboradora.

Esa iniciativa siempre se llevó a cabo con el auspicio de la Oficina del Historiador de la Ciudad, cuyo director, José Rodríguez Barreras, comentó acerca de cuanto prestigió a la institución esa ilustre lugareña.

Resultó ser una mujer imprescindible, firme de carácter, fiel a sus convicciones, fue una patriota y una cubana excepcional, martiana y fidelista, que no se circunscribió solo a su ámbito profesional, pues siempre estuvo interesada por todo detalle que afectaran al patrimonio.

De una personalidad brillante, de esas que al solo verla irradiaba sabiduría, respeto y admiración, la calificó Yunielkis Naranjo, director del Centro Provincial del Libro.

Al escucharla hablar de historia o de proyectos investigativos, se notaba a la distancia que esa era su mayor pasión, ella la sentía, la vivía, dijo, y por ese motivo el mayor compromiso a partir de ahora es honrar su memoria mediante el estudio de su obra.

Próximamente culminará el proceso de impresión del Cuaderno de Historias Principeñas XVII, el cual estará dedicado a su memoria y legado humano e intelectual.

(Fuente: ACN. 29 Octubre de 2019)